miércoles, 30 de septiembre de 2009

Espejos públicos





Espejos, cristales, luces, escaparates, gafas, televisores, ventanas, charcos, coches, relojes, pulseras de metal... Estos fueron los platos presentados al banquete, de los que sólo seis disfrutaría. Disfruté mucho de la cena, aunque he de reconocer que a mi paladar le costó bastante adaptarse al gusto de los distintos platos. El mejor plato, en mi opinión, el espejo situado en la parte superior del porche de Erro, en Carlos III. Aunque ya se sabe, sobre gustos no hay nada escrito.
















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